jueves, 22 de julio de 2010

Los veranos poseen un ritmo del todo arrítmico. Hay días que el calor ocupa todo el tiempo y tu actividad se reduce al mínimo. Otros, completamente al contrario. Comenzar la aventura de este blog y este proyecto resulta un tanto extraño en estas fechas en que, en realidad, echo el cierre a mi diario y me propongo sobre todo descansar y recobrar fuerzas para seguir con todo llegado septiembre. La verdad es que he de reconocer también que me da algo de pereza sentarme frente al ordenador por las tardes y faltar a mi cita con la piscina, algo irrenunciable dadas las fechas (y las temperaturas) del año.

Este fin de semana estuvimos en la playa que es un poco como un micro universo paralelo de colores ácidos, arena deslumbrante y un catálogo infinito de azules.

Lástima que apenas hubiera piedras interesantes para traer a casa.

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