miércoles, 28 de septiembre de 2011

Detalles al azar de un paseo por Palma de Mallorca

Catedrales, monumentos, sitios de interés, restaurantes famosos, calles céntricas, esculturas de personajes ilustres. Cada ciudad es un mosaico de virtudes y características originales que invitan a visitarla, a conocerla. Yo deseo, además, descubrir curiosos detalles, cualquier cosa que pase desapercibida a los ojos del turista corriente o que sea tolerada por costumbre por el morador habitual.

En plena calle comercial, en la que cientos de personas entran y salen de los edificios sin prestarles las más mínima atención a nada que no sea su escaparate, se levanta una fachada como de sueño fantástico, en el que la vegetación puede más que el ladrillo y planta sobre él todo su esplendor. La forja se ondula cual liana al viento, flores nacen de los remates finales y mil formas se entremezclan en un puzzle de color.


En un parque cercano, se dibujan pompas de jabón en el aire rizando una cuerda, y parece que miraras el mundo como a través de mar, una especie de toque surrealista con olor a platos limpios.




Bajo un arco que lo esconde del sol, un extranjero vende unas cartulinas con tu nombre escrito con letras de barcos, playas desiertas, palmeras y guacamayos



Por supuesto, no pude resistirme y me traje el mío.

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